"Yo te recuerdo cariño. Mucho fuiste para mi. Siempre te di de mi encanto. Siempre te lleve mi vida."
Tú sólo eras un niño
cuando yo te amé.
Y hoy, como ayer, lloré.
Lloré hoy por la tardecita
como el día que me dijiste que ya te ibas.
Como en la primera y la segunda despedida.
Tantos sueños, tantos días.
Ahora sé que el silencio
es el peor enemigo del alma,
y el mayor amigo de la prudencia.
Pero aunque entiendo tu silencio, me duele.
Me duele que mis ojos no puedan ver el sol.
Me duele no sentirte cerca y no poder llegar.
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