lunes, noviembre 30, 2009

Pulmones de acero

Una noche frente a su cama, él decide que esa será la última vez que estará dormido.
Después de esperar mucho tiempo para comerse su último sandwich casero de atún escucha algunos sonidos que no sabe si vienen de la calle o de su cabeza. "De cualquier manera siempre vienen de mi cabeza, así estén afuera" me dice. Su nombre es Pablo y su apellido no importa, al menos a él no le importa. Su mamá le dice 'honey' y su papá siempre le ha dicho: hijo.

Son las tres de la mañana y Pablo se levanta porque vuelve a escuchar el mismo ruido. Además, tiene sed así que va a la cocina a servirse un poco de leche, encuentra un postre en la nevera y toma un bocado. Prende la radio, escucha a un hombre contando que desde hacía un año y gracias a un poderoso producto natural, había logrado tener pulmones de acero. Entre dormido y aburrido, Pablo cambia la emisora, entonces suena una interferencia y la apaga pero el sonido sigue ahí. No es una voz familiar, no es un animal de la calle y su perro Zeta ha estado con él toda la noche. Termina su improvisada merienda y sube las escaleras, ve que alguien está en su cama, cubierto con sus cobijas, vestido con su pijama.

Al día siguiente, Pablo va al puerto en las horas de la tarde. Es domingo, su papá lo espera como es usual, para ir a pescar. Él lleva la carnada y los anzuelos, recordando que la última vez sólo pudo sacar un pez sapo, le dice a su padre: "Espero tener suerte esta vez viejo", su padre le contesta: "Siempre haz tenido suerte hijo y mientras vivas siempre la tendrás." Suben a 'Jericó' la lancha de Don Antonio, y se alistan para su jornada. Es la tercera vez que Pablo lanza su anzuelo al mar, depronto siente un tirón muy fuerte, "pero cogiste uno grande hijo" dice su padre. Asintiendo con la cabeza y haciendo toda la fuerza que sus brazos le permiten, Pablo comienza a recoger el hilo en su carrete lo más rápido que puede. Nunca antes había visto algo así.

Al día siguiente; nota que alguien sigue en su cama, cubierto con sus cobijas, vestido con su pijama, mira el calendario es martes 30 de diciembre. La persona que ocupa su lugar se mueve, y hace un sonido extraño. Tiene dos cabezas y parece que van a empezar a hablar. A Pablo ese sonido le parece familiar, pero no lo recuerda bien. Por un momento, una luz azul brillante entra en el cuarto, se escucha la llave del baño sonar y de un momento a otro el extraño sonido simplemente desaparece. Pablo lo mira y queda sorprendido, tenía mucho tiempo sin escucharlo. El pez lo mira también y le dice:"El peor error que puedes cometer es pensar que estás vivo y que tu nombre es Pablo."

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