No hay prisa cuando el tiempo es lento;
cuando corro, me caigo y no me duele,
cuando tú estás o cuando sigo mi camino.
No me canso cuando siento, puedo esperar;
cuando soy paciente o enfermera,
cuando escucho los silencios cargados de ruido.
No me duele cuando entrego,
cuando envío, cuando escribo.
Cuando mis letras y mis hojas te dan la hora;
cuando veo que sonries, no me duele.
Me dolería que nada pasara.
Me dolería que nadie cantara.
María Fernanda Núñez Sarmiento.
No hay comentarios :
Publicar un comentario